En general los humanos solemos expresar que deseamos paz, tranquilidad y harmonía, pero luego cuando miramos cómo son nuestras vidas y comportamientos vemos que algo no cuadra; queremos ser felices pero no pensamos felizmente, queremos Paz y no actuamos pacíficamente, queremos harmonía y reaccionamos en vez de actuar, etcétera.
Una explicación para este fenómeno paradójico es que en realidad le tememos a la paz y a sus atributos. Aunque parezca extraño nuestro sistema psicológico y nervioso, aún no está adaptado para vivir una vida con menos preocupaciones, con silencio y con mayor consciencia del presente. Esto nos lleva a que inconscientemente e incluso conscientemente rechacemos y huyamos de los espacios de Paz, silencio y ausencia de conflicto.
Es bueno saberlo ya que al conocer este hecho, uno se puede permitir permanecer en aquellas emociones y sensaciones extrañas que nos pueden suceder cuando estamos en Paz, en tranquilidad. Nuestro cerebro no lo entiende y necesita adaptarse a ello. En el pasado confinamiento muchas personas habrán experimentado este fenómeno. Incertidumbre, aburrimiento, culpa, tristeza para luego empezar a encontrarle el ?gustillo? al silencio de las calles, a la paz de no tener que cumplir con tantas responsabilidades, el placer de estar con uno mismo, no hacer nada o realizar cosas creativas y ayudar a los otros. Hasta tal punto que hay personas que sufren el síndrome de la cabaña, un síndrome en el que personas que han estado mucho tiempo encerradas o confinadas en un espacio le temen a la vida exterior.
Realizar retiros nos ayuda a perderle este miedo a la paz, al silencio, al contacto con la verdadera esencia, y a su vez nos ayuda a llevarla a nuestra vida exterior, soltando así dos miedos en uno, el de la vida interior, la paz y la ausencia de conflictos y el del miedo a la vida exterior.
Al margen de todas las prácticas y actividades que se realizan en un retiro, el hecho en sí de asistir a los retiros, representa para nuestro sistema nervioso un ejercicio, una apertura a nuevas conexiones neuronales y una ampliación de nuestra zona de confort y zona conocida.
Este perderle el miedo a la Paz y al silencio, poco a poco se verá reflejado en tu vida, ya que inconscientemente te dejarás de sabotear metiéndote en menos conflictos y permitiéndote vivir muchos más instantes de Paz y armonía en todas las áreas de tu vida.