Retiros en pareja, en familia e individuales, para reconectar con uno mismo, con la pareja, con las amistades y con la familia. Espacios donde respirar, jugar, tocar la naturaleza, contemplar y pasear sin prisas ni objetivo concreto. Espacios para sentir cómo el cuerpo agradece estas pausas, estos ?resets? conscientes que, a diferencia de las vacaciones, tampoco espera grandes emociones ni grandes espectáculos o parajes, sino el silencio, la calma el no hacer nada, o aprender nuevos hábitos o enfoques útiles para una vida sana, feliz y llena de consciencia.
Los retiros nos sirven para agradecer todo lo que tenemos, darnos cuenta de que queremos hacer con nuestra vida, y sobre todo como la queremos vivir, como queremos que nos afecten las cosas del día a día e incluso recuperar la posibilidad de desarrollar y enfocarnos hacia aquellos sueños que ya dábamos por perdidos.
Un lugar para conectar con la confianza con uno mismo y con los demás, para repensar el mundo empezando desde nosotros mismos. Un lugar para recordar que somos hijos de la naturaleza, del Universo, de la Tierra y que debemos cuidarla al igual que debemos cuidar nuestro cuerpo, con buenos alimentos, hábitos, pensamientos y drenaje emocional.
El parar como terapia, como acto de amor, como acto de autonomía y libertad. Empoderamiento y autoconocimiento, perder el miedo a la presencia, al silencio, a la ?desidentidad? y ?designificación? acerca de quiénes somos y quiénes deberíamos de ser. Descansar y desapegarnos de aquello que se espera y esperamos de nosotros, darnos la libertad de reconocer que, para la vida, nuestra vida nos es tan importante y que en la simplicidad y el agradecimiento por solo el hecho de vivir ya contrae felicidad.
Ayuda muchísimo poder realizar retiros con programas, en los que gracias a los facilitadores podremos aprovechar al máximo esos días de retiro. Mover el cuerpo y las neuronas, las emociones y la piel y comer sano y distinto. Los retiros siempre nos ayudan a aprender de los otros, de nosotros, de la vida. Es un dejarte cuidar y a su vez desde tu naturalidad y apertura de corazón, terminas ayudando a otras personas a que se atrevan a ser ellas mismas y a que se sientan que forman parte de un universo donde todo está unido.
Perder el miedo a parar, a alejarte por unos días de la familia o a compartir tiempo de calidad realizando retiros debería normalizarse como un hábito saludable y beneficioso para toda la sociedad.