Los ejercicios de respiración en yoga forman el núcleo de las prácticas yóguicas. Su objetivo es crear armonía y equilibrio dentro del cuerpo y desintoxicar el sistema.
La respiración rítmica, profunda y lenta estimula la mente y libera el estrés. La respiración irregular interrumpe los ritmos del cerebro y conduce a bloqueos físicos, emocionales y mentales.
Inhalar y exhalar forma parte de nuestro ciclo vital. Pero es importante que inhales y exhales correctamente mientras realizas tus asanas o participas en un retiro el fin de semana.
Es importante que seas consciente de cómo afecta la inhalación y la exhalación a cada parte de tu cuerpo. Y recuerda que en yoga siempre se respira por la nariz, tanto al inhalar como al exhalar.
Veamos primero esto y después pasemos a la práctica;
- Inhalar
Las inhalaciones son el proceso activo del ciclo respiratorio, impulsado por los movimientos del diafragma y los músculos intercostales.
Cuando introduces aire en los pulmones, el diafragma desciende y los músculos intercostales externos se contraen, elevando las costillas y el esternón.
La cavidad torácica se ensancha, la presión dentro de los pulmones disminuye y el aire entra.
El proceso de inhalación hace que la parte delantera del cuerpo se expanda y el movimiento de los músculos intercostales abre el pecho hacia arriba y hacia afuera.
A medida que el diafragma se mueve hacia abajo, comprime el contenido del abdomen y el abdomen se expande hacia afuera.
- Exhalar
Las exhalaciones son el proceso pasivo del ciclo respiratorio.
Mientras exhalas el diafragma y los músculos respiratorios se relajan.
Los tejidos elásticos de los pulmones que se estiran durante la inhalación retroceden repentinamente, la presión dentro de los pulmones aumenta y el aire sale de los pulmones.
Como puedes ver la respiración en yoga cambia la forma del cuerpo, al igual que el movimiento.
Las asanas abren el pecho y el abdomen o los comprimen. Debido a que la respiración y el movimiento están naturalmente vinculados, deben combinarse inteligentemente en el yoga.
La respiración yòguica apoya el movimiento de asanas y profundiza sus efectos.
Ahora a practicar:
- Respira lenta y profundamente por la nariz, permitiendo que el pecho y el abdomen se expandan a medida que el aire llena tus pulmones.
- Luego exhala lentamente por la nariz.
- Repite diez ciclos completos.
- A partir de ahí, puedes pasar a otras formas de práctica de pranayama.
Tipos de respiración en yoga
1.- Ujjayi Pranayama
Se practica inhalando profundamente por la nariz, contrayendo ligeramente la parte posterior de la garganta y exhalando por la nariz.
No debes sentir tu garganta apretada. La firmeza de la respiración ujjayi, practicada durante el flujo de una asana, ancla el cuerpo, la mente y el espíritu al momento presente.
- inhala por la nariz, luego abre la boca y exhala lentamente, haciendo un sonido suave.
- Intenta esto varias veces.
- Cierra la boca, manteniendo la parte posterior de la garganta en la misma forma que solías hacer el sonido suave mientras exhalas por la nariz.
2. Nadi Shodhana Pranayama
Esta práctica de alternar entre las fosas nasales derecha e izquierda al inhalar y exhalar desbloquea y purifica los conductos de energía que transportan fuerza vital a través del cuerpo.
- Al final de una secuencia de asanas, prepara tu mente para la meditación.
- Siéntate en una postura cómoda.
- Cierra la mano derecha en un puño suave frente a la nariz, luego extiende los dedos pulgar y anular.
- Cierre suavemente la fosa nasal derecha con el pulgar.
- Inhala por la fosa nasal izquierda y luego ciérrala con el dedo anular.
- Abre la fosa nasal derecha y exhala lentamente a través de ella.
- Inhala por la fosa nasal derecha y luego ciérrala.
- Abre la fosa nasal izquierda y exhala lentamente a través de ella. Eso completa un ciclo.
- Repite de 3 a 5 veces.
3. Kumbhaka Pranayama
En esta respiración de yoga deberás llevar tu mente a contener la respiración porque aumenta la presión dentro de los pulmones y les da tiempo para expandirse por completo, aumentando su capacidad.
Como resultado la sangre que luego viaja al corazón, el cerebro y los músculos estará más oxigenada.
Debes practicarla al terminar una asana y antes de la meditación.
- Inhala, inflando los pulmones lo más posible.
- Aguanta la respiración durante 10 segundos.
- Después de 10 segundos, inhala un poco más y contén el aire el máximo de tiempo que puedas.
Te recomiendo que comiences aguantando la respiración durante 3 segundos o el tiempo que te sientas cómodo.
Practicar la respiración yóguica profunda por la nariz, ya sea en la esterilla, mientras meditas o simplemente para relajarte mientras trabajas, beneficia tu mente y tu cuerpo.
Inhala y exhala?anclándote en el presente. Tu cuerpo y tu mente notarán la diferencia.
¡Namaste!