Abrirse espacio para abrirse a la vida

Para que ello se dé, algo que es primordial es dar espacio a este proceso, y con dar espacio no solo me refiero al tiempo, sino también al lugar.

Cuando se hace un retiro se puede profundizar en aquello que se está aprendiendo y también en reconocer aquello que ya se encuentra dentro de nosotros. No existen prisas, ni tareas que cumplir ni miles de estímulos que nos distraigan de esta conexión con nuestras comprensiones y conexiones esenciales.

Cuando uno está en la naturaleza y en lugares mayoritariamente silenciosos, la vida y el silencio meditan por ti y solo tienes que dejarte llevar. En un retiro se hace mucho más fácil abrirse a ser auténtico, a las emociones, a la espontaneidad, a la belleza interna. Hay espacio para fundirse y desaparecer con la naturaleza, tiempo para integrar los aprendizajes, lugar para expresar y sentir todas las emociones, momentos para re-conectar con tus sueños y verlos más posibles y cercanos, segundos, minutos y horas para gozar del no hacer y descubrir que en este no hacer es donde ocurren también muchas de las cosas más mágicas de nuestra vida.

En los retiros gozas de la compañía con otras personas que como tu buscan conectar con la verdad que se encuentra dentro de cada uno, siendo este es otro regalo que te llevas. De los retiros surgen conocidos, amistades, relaciones profesionales y hasta parejas. Todos sabemos lo importante que es rodearte de personas que se encuentren dentro de un camino consciente y de crecimiento personal.

Es por este motivo que un retiro significa darte un regalo para ti, ya que se note más o se note menos, siempre se sale de algún modo transformado, incluso los facilitadores también experimentamos estas transformaciones. Se ve en las expresiones faciales, en las sonrisas de los participantes, en las miradas, en las posiciones del cuerpo y en que lo recuerdas para toda la vida. Esto hace que no solo sea un regalo para ti ya que si tu estas bien, los de tu alrededor también se beneficiarán de estas positivas consecuencias.

Cuando das espacio a tu vida y por unos días te alejas de los estímulos de la civilización y de tus responsabilidades en modo automático, te vienen a tu mente inspiraciones, comprensiones, entendimientos, vislumbres, lo que popularmente le llamamos el “cambio de chip” o el “clic”. En un retiro se hacen muchísimos clics y ya sabemos lo transformadores que son. Y hasta la fecha, no conozco a nadie que se arrepienta por haber seguido en su vida a un “clic” interno.