Durante años las personas han practicado el ayuno por razones religiosas, espirituales o de salud. Pero cuando incluyes el ayuno espiritual en tu práctica de yoga, aprendes a controlar los sentidos y a no reaccionar ante la tendencia de ingerir alimentos por costumbre o por rutina.
El ayuno permite que los intestinos descansen, ya que siempre trabajan mientras comemos, por lo tanto durante el ayuno, tienen la oportunidad de digerir toda la comida, limpiarse y descansar.
El ayuno yóguico se puede realizar de muchas formas diferentes, y además, existen diferencias en la duración del ayuno:
- Un día de ayuno cada semana.
- Ayuno de tres días todos los meses.
- Una semana de ayuno varias veces al año.
- Ayuno de 10 días una vez al año.
Claro que todo dependerá de tu capacidad y preparación, por eso, el ayuno de un día es la mejor manera de realizar esta práctica si solo eres un principiante. Porque de esta manera, podrás observar cómo reacciona tu cuerpo y tu mente.
También existen diferencias en los tipos de ayuno:
- Algunos yoguis practican el ayuno bebiendo solo agua.
- Otros incorporan en su ayuno dos vasos de jugo de frutas o vegetales naturales al día.
- Y finalmente, están las personas que incluyen en el ayuno algunos alimentos que no contengan trigo, carbohidratos ni lácteos.
Puedes elegir qué tipo de ayuno espiritual yóguico quieres hacer, de acuerdo a tu experiencia. Pero es importante que siempre escuches tu cuerpo y que lo realices paso a paso. Por lo tanto, no comiences con un ayuno de diez días si nunca has ayunado antes.
Recuerda que el ayuno tiene un objetivo: darle a tu cuerpo la oportunidad de limpiarse y desintoxicarse.
Qué tener en cuenta antes de realizar un ayuno espiritual en yoga
1. Ten presente en todo momento tu objetivo.
Una vez que decidas realizar el ayuno, es muy importante que tengas en cuenta el motivo por el cual darás este gran paso. Recuerda que la idea es conectar en todo momento tu cuerpo y tu mente, y sentir que mientras ayunas estás haciendo algo realmente valioso para tu cuerpo.
Una vez que tu mente está en calma, notarás que no sientes la necesidad desesperada de alimentarte.
2. Ingiere algo ligero antes de ayunar.
Antes de que comiences con el ayuno yòguico, debe haber un período de transición en el que comas menos y más ligero. Este período de transición es generalmente la mitad del período de ayuno.
Entonces si realizas un ayuno de una semana, por ejemplo, debes comenzar a comer ligero y en menor cantidad, tres días antes. De esta manera, tu cuerpo se estará preparando para pasar de ingerir poca comida a ninguna.

3. Debes estar preparado para que tu cuerpo reaccione de alguna manera.
Cada cuerpo reacciona de manera diferente al ayuno, dependiendo de la contextura física, los hábitos alimenticios y el estado mental.
Algunas personas pueden sentirse débiles, cansadas, sentir dolores de cabeza o experimentar cambios repentinos de humor.
Lo importante es que si cualquiera de estos síntomas se tornan demasiado fuertes, detengas lentamente el ayuno, porque debes escuchar a tu cuerpo. Además, las primeras veces que ayunes siempre te resultará más difícil, pero se volverá más fácil con la práctica.
4. Limita tus actividades físicas.
Trata de planificar tu día de ayuno. No empieces a ayunar en un día muy estresante, y si es posible, no realices demasiadas actividades físicas intensivas.
Unos ejercicios de meditación budista para aquietar la mente, es una de las mejores actividades para realizar durante tu día de ayuno.
Vivimos en un mundo sobre estimulante, nos bombardean continuamente con nueva información del exterior. Esto hace que sea difícil navegar por nuestro interior, escuchar nuestra propia voz. Podemos sentirnos perdidos y no tener claridad sobre la vida que llevamos.
Necesitamos desintoxicarnos de nuestros móviles, de la televisión, de las redes sociales. Necesitamos esto para reiniciar y encontrar nuestro centro nuevamente. Un retiro de viaje consciente puede ser una de las mejores maneras de aprender a realizar un ayuno espiritual en yoga.
El ayuno espiritual en el yoga consiste en mucho más que abstenerse de ciertos alimentos. Implica ayunar todos nuestros órganos sensoriales. De esta manera todo nuestro cuerpo y mente pueden descansar.
¡Namaste!