Contacto
-
Profesionales
- Directorio Espacios
- Promociona tu Retiro
- Promociona tu Espacio
- Alta organizador
Suena la música y me dejo llevar por el ritmo y la melodía, penetro en mi energía, mientras nos movemos todos juntos. Siento las miradas, me animo. Algo se va abriendo en mí. Sonrío, me acerco, vibro y deseo.
¿Cómo despertar mi cuerpo al contacto? Extiendo mis manos, la música me lleva, me mece, me acaricia y entonces voy rozando otras manos, otros hombros, mi corazón se expande. Y ahí estoy a flor de piel, me fundo en un abrazo. Sí, esa sensación de sostén y ternura, de abrigo y placer relajante. Me quiero quedar, estoy en mi lugar. Estos brazos me invitan a volar.
El tiempo del contacto nos detiene, la intensidad recorre mi cuerpo y el espacio desaparece. ¿Dónde estoy? Más cerca de mí, porque la reunión es conmigo, el despertar es aquí y me descubro cuerpo, energía. Y vivo.
Mi energía se expande a través del movimiento facilitando así nuestro amanecer para habitar cada parte, descubriendo las capas, ablandando corazas, desatando nudos, y volviendo a la confianza de sentirme un cuerpo emocionado. El contacto sana las heridas y cuida con mimo. Es valiente y compañero. Es entrega y relajación. La invitación es a acercarnos