SER TU PROPIO REFUGIO
Dijo
el Buddha: «Cada cual es refugio de sí mismo, ¿qué otro refugio podría
haber?». Exhortó a sus discípulos a que «ellos mismos fuesen su
refugio». El Buddha enseñó́, animó́ y estimuló́ a cada uno a
autodesarrollarse, porque mediante su propio esfuerzo e inteligencia, el
hombre tiene en sus manos el poder de liberarse de toda servidumbre.
LIBERTAD DE PENSAMIENTO
La
libertad de pensamiento enunciada por el Buddha es desconocida en
cualquier otra parte de la historia de las religiones. Tal libertad es
necesaria, pues, según él, la emancipación del hombre depende de su
directa aprehensión de la Verdad, y no mediante la gracia benevolente de un dios o un poder externo, como recompensa a una conducta obediente y virtuosa.
TOLERANCIA
Siguiendo este ejemplo de tolerancia y comprensión, el gran monarca Asoka de la India
(siglo III a. C.) reverenció y patrocinó a todas las religiones de su
inmenso imperio. En uno de sus edictos grabados en rocas, cuyo original
aún podemos leer hoy, el monarca declaró:
«No se debe
reverenciar únicamente a la propia religión y condenar a las otras
religiones, sino que, por tal o cual motivo, Éstas también deben ser
reverenciadas. De este modo, uno contribuye al engrandecimiento de su
religión, y a la vez sirve a las otras religiones. Quienquiera que
reverencia a su religión y condene a las otras lo hace, ciertamente, por
devocióń, pensando: «Glorificaré a mi religión». Pero obrando así́,
grande es la injuria que le inflige a su religión. Por consiguiente,
buena es la concordia: «que todos escuchen y estén dispuestos a escuchar las doctrinas profesadas por otros.»
Cabe
agregar aquí que este espíritu de mutua comprensión debería ser
puesto en práctica en nuestros días, no sólo con respecto a doctrinas
religiosas sino también en otros campos, ayudándonos a llegar al
objetivo de ir hacia el interior.
INTELIGENCIA CIENTÍFICA – ESPIRITUAL
Así,
tampoco la Verdad necesita rótulo, pues no es ni buddhista, ni
cristiana, ni hindú́, ni musulmana. No está bajo el monopolio de nadie.
Los rótulos sectarios constituyen un impedimento de la aprehensión de
la Verdad, y engendran dañosos prejuicios en la mente de los hombres.
Casi todas las religiones están basadas en la fe
– más bien en la fe «ciega», al parecer. El buddhismo, en cambio, hace
hincapié en la «visión», la penetración, el conocimiento, la
comprensión, y no en la fe o la creencia. En los textos buddhistas
encontramos la palabra saddha (sraddha, en sánscrito)
traducida generalmente por «fe» o «creencia». Pero saddha no es fe
propiamente dicha, sino más bien «confianza» nacida de la convicción.
La
creencia surge cuando no hay visión – visión en todo el sentido de la
palabra. En el instante en que veis, la creencia desaparece. Si os digo
que en el puño tengo escondida una joya, la creencia surge en vosotros
porque no la veis, pero si abro la mano y os muestro la joya, vosotros
mismos la veréis y la creencia ya no tiene razón de ser.
El retiro
espiritual permite comprobar por ti mism@, profundizar en la realidad
de las cosas, superar el apego y barreras que no te dejan ser tú.