La mejor postura de meditación te ayudará a crear un espacio donde la energía fluya de afuera hacia adentro y de adentro hacia afuera.
De afuera hacia adentro, porque podrás trabajar en tu cuerpo físico y el cuerpo energético, para crear un estado de equilibrio y lograr cambios tanto en tu mente como en tu cuerpo.
De adentro hacia afuera, porque trabajarás en tus formas de pensamientos y patrones emocionales para crear cambios tangibles.
Puedes meditar en tu terraza, en el parque de tu ciudad o en los retiros de meditación. Lo importante es que no olvides que meditar es un regalo que te haces a ti mismo.
Mejores posturas para meditar: encontrando tu centro
Lo primero que debes hacer es encontrar el espacio. Un espacio relajado, en el que te sientas con el silencio y la quietud. Puedes encender una vela, un incienso y acomodarte en un cojín.
¿Preparado para elegir tu postura de meditación?
Postura del loto o Padmasana
Esta postura establece un equilibrio entre las fuerzas de enraizamiento y las energéticas. Lo más poderoso de esta postura de meditación es que desactiva nuestra respuesta al estrés. Pero debemos advertirte que requiere flexibilidad de las caderas, rodillas y tobillos.
Empieza sentado con las piernas cruzadas, colocando el pie izquierdo sobre el muslo derecho y el pie derecho sobre el muslo izquierdo.
Descansa las rodillas sobre el suelo (si no llegas puedes poder unos cojines bajo las rodillas), alarga bien la espalda y apoya tus manos en los muslos.
Postura de meditación arrodillada
Esta postura genera tranquilidad y te permitirá mantener la mente en calma. Arrodíllate con las rodillas separadas, a la altura de los hombros y apoya los glúteos en los talones.
Para reducir la presión en las rodillas, puedes colocar un cojín entre los pies.
Postura para meditar acostado ? Shavasana
También llamada la postura del cadáver. Aunque puede parecerte una postura simple, el secreto de Shavasana es reposar en forma activa. Se trata de acostarte sobre tu esterilla, con los brazos estirados y ligeramente separados del cuerpo, palmas de las manos hacia arriba, piernas abiertas y dejando caer los pies relajados a los lados.
Asegúrate de que tu cuello esté bien estirado y tu cabeza descanse correctamente en el suelo, para ello aproxima tu mentón ligeramente al pecho, y deja que la gravedad haga el resto, soltando el peso de tu cuerpo.
Qué debes tener en cuenta cuando eliges una postura de meditación
- Comodidad: si eliges una postura y te sientes incómodo o experimentas dolor o molestias, opta por otra postura.
- Concentración: algunas posturas, como la del loto, mejoran la circulación de la sangre por todo el cuerpo y el cerebro, favoreciendo la concentración.
- Relajación: busca posturas para meditar que te resulten naturales y te faciliten relajarte. Una buena postura de meditación es esa que te ayuda a liberar la tensión y a relajarte por completo.
- Alineación del cuerpo: esta es una de las partes más importantes de tu práctica de meditación. Escanea tu cuerpo mientras meditas, buscando zonas de tensión y realiza los ajustes pertinentes.
Recuerda que la práctica de meditación es principalmente para la mente, no para el cuerpo. Por lo tanto, elige siempre la postura para meditar donde tu cuerpo se sienta cómodo y tu mente esté lo más aquietada posible.
¡Namaste!