De hecho, en este tipo de propuesta de meditación, no hay nada que hacer, solo estar, y eso parece que nos suele
resultar muy difícil a la mayoría.
Tal vez haya quien se pregunte, “¿Entonces, si no hago nada, para qué ponerme a meditar?”, “¿Para qué sirve la
meditación?”
La respuesta es sencilla: para dejarte limpiar, vaciar, actualizar, primero de todo. También para pacificar, sanar,
desarrollar sabiduría, comprensión y amor… Hay mucho más aún, pero para mí, con poder beneficiarme de estos
dos bloques, es más que suficiente!
Hay más en el sentido de las personas practicantes que buscan alcanzar estados de consciencia específicos, la
iluminación o experiencias que desconozco.
Sin embargo, sentarse para dejar que la energía haga su trabajo igual que se deja a la digestión procesar los
alimentos, a la respiración manipular el aire, al corazón bombear la sangre, etc., etc., es decir sin intervenir, eso
genera cambios internos similares a los de la digestión que transforma una manzana en nutrientes para el organismo.
No es magia, no es truco, es la energía haciendo lo que tiene que hacer con su propia inteligencia, como en todos
los demás procesos que acontecen de manera ajena a nuestra voluntad.
Quizá alguien piense “Entonces es lo mismo que dormir y soñar”. Pues no, ahí está la diferencia, en que esos valiosos
cambios de la meditación llegan cuando estamos presentes con una consciencia lo más despierta posible.
Ante la consiguiente duda de por qué eso sucede así, posiblemente las neurociencias nos den un día la respuesta.
De momento, practicar la atención plena, la presencia o lo que es lo mismo, desarrollar la consciencia, para dejar
que ocurra la regulación a nivel de contenidos psíquicos, es lo que tiene lugar en la meditación, en todo caso en
Meditación Samatha y Vipassana.
Al inicio del artículo he hecho mención que este tipo de propuesta conduce en tal dirección.
Otro tipo de técnicas o metas quizá requieran grandes esfuerzos o condiciones previas. En Samatha y Vipassana,
todo y “simplemente” lo que hay que hacer para ir hacia el requilibrio interno, es sentarse consigo, estar, dejarse
estar, con la intención de estar presente, consciencia despierta, permitiendo que algo llamado energía haga su
trabajo, eso es todo.
Realmente sencillo, natural, organísmico.
A veces se compara esto a estar como un gato, un perro o cualquier animal que cuando no está activo, parece que
se queda así, quieto, tranquilo, sin hacer nada, mucho tiempo.+
Ellos, que por lo visto no son conscientes de sí, lo hacen con toda naturalidad. Los humanos, que somos conscientes
de nosotros mismos, tenemos gran dificultad en estar.
Así que se trataría de estar como ellos, sin hacer, a la vez que con plena consciencia.