Párate un momento, quédate en silencio. Siéntate en una posición cómoda, sentado, con la espalda erguida, hombros relajados. Cierra los ojos, respira. Asegúrate de que estás presente en el aquí y ahora. Dedica un tiempo a estar en silencio atento a tu respiración. Observa lo que sucede en tu mente. Conviértete por unos minutos en un testigo, en un espectador de lo que acontece… ¿Qué observas? Tal vez de momento nada, pero… ¿Cuánto tiempo dura ese “nada”? Enseguida la mente comienza a producir… Verás que pueden surgir percepciones visuales en el espacio en negro (colores, post-imágentes, luces…); y luego, la mente sigue viajando, generando estímulos que van captando tu atención. Continúa en el lugar del “observador”, respira, así te anclarás porque la tentación de “irte” con estas producciones es alta. Si logras permanecer atestiguando, contemplando, podrás distinguir mejor… Tal vez aparecen ahora sensaciones corporales (algún dolor, calambre, cosquilleo, cambios de temperatura). Respira, no te apegues a estas sensaciones y permanece observando. Puede que ahora aparezcan pensamientos, comprueba cómo estos surgen de forma automática. Se asemejan a voces interiores pero sin sonido, en forma de palabras. Sigue atento, como un espectador y comienza a distinguir cómo es esta producción de tu mente. Verás que a veces son frases recordatorias de algo que tienes que hacer (“tengo que ir a las 14.00 a por el pan antes de que cierre”) o reprobatorias de algo que hiciste (“no tenía que haberle dicho a mis amigos que no iba con ellos a esa cena”) con fantasías de las consecuencias que esto puede producir (“me quedaré solo o no entenderé nada cuando vuelvan a estar juntos”)… Si consigues observar la “cadena automática” de pensamientos, comprobarás que casi siempre se trata de un movimiento de la mente hacia el pasado o hacia el futuro. Es casi como un resorte, un mecanismo interno que te saca del presente, del ahora… Respira sigue observando, presente, refuerza ese testigo interno como algo sólido… Haz ahora tres respiraciones profundas y ve moviendo lentamente los dedos de tus manos, abre los ojos, ¿Cómo estás?